jueves, 24 de enero de 2013

LAS CONSECUENCIAS: DIOS CASTIGA, DIOS PERDONA



LAS CONSECUENCIAS: DIOS CASTIGA, DIOS PERDONA
Lamentaciones 3:19-24, 31-40
Idea principal: A pesar de que Dios castiga justamente el pecado, el perdón de Dios todavía está disponible.
Pregunta para la vida: ¿He hecho algo tan terrible que Dios no puede perdonarme?
QUÉ DICE LA BIBLIA
El Libro de Lamentaciones es una colección de canciones o poemas lamentando la pérdida del templo
y de la tierra. Los primeros cuatro capítulos son poemas acrósticos (cada pensamiento nuevo comienza con la próxima letra del alfabeto hebreo). La intención del libro era animar al pueblo a aceptar el castigo de Dios y a mantener la esperanza y la fe por el mañana.
Esperanza sobre la depresión (Lamentaciones 3:19-24)
3:19. Esta porción del libro es un lamento individual. El autor estaba preocupado con su propia situación. Sin embargo, su lamento tenía un significado especial para los israelitas. Ellos usarían este escrito para recordar esta parte de su historia. El autor recordó de dónde había venido y los tiempos difíciles de su pasado. La depresión viene con frecuencia cuando enfocamos en las cosas malas en nuestro pasado.
3:20-21. Recordar las cosas desagradables en su pasado causó que el autor experimentara depresión. Con frecuencia, la razón por la que tratamos de olvidar los tiempos malos de nuestro pasado es para evitar los sentimientos negativos que acompañan a estos recuerdos. Sin embargo, recordar los malos tiempos en el pasado también le dio esperanza a Jeremías
3:22. Jeremías experimentó la gracia y el amor de Dios aún cuando se sentía que era “consumido” por sus calamidades. En medio de ser castigados, el reconoció la compasión de Dios.
3:23. Las “bondades” de Dios son nuevas y frescas “cada mañana”. Su amor está presente para que lo experimentemos cada día. Tristemente, muchos creyentes piensan que ellos experimentan el amor de Dios solamente el día en que llegan a ser cristianos.
3:24. Según el profeta reflexiona en todo lo que él y la comunidad habían perdido (tierra, templo, orgullo, familias, etc.) él confesó que “todo lo que tenía”, o todo lo que él necesitaba, podía encontrarse en Jehová. A pesar de que la provisión abundante todavía no era visible en ese momento, el autor estaba dispuesto a “esperar en Él”. Si de verdad ponemos toda nuestra confianza en Dios hoy, debemos estar dispuestos a esperar que Dios se convierta en todo lo que necesitamos.
QUÉ ME DICE LA BIBLIA
Todos nosotros podemos mirar hacia atrás en el pasado y ver cosas que lamentamos o que nos entristecen. Sin embargo, si decidimos morar en los recuerdos de cómo Dios estuvo con nosotros durante esos tiempos difíciles, entonces tendremos esperanza para la próxima vez que experimentemos dificultades similares.
Qué dice la Biblia a los jóvenes
Los jóvenes pueden sentir que no son amados. Ellos necesitan comenzar cada nuevo día con la plena confianza de que Dios los ama en ese día en particular y que el amor, la misericordia, y la compasión de Dios les acompañará el día entero.
Compasión sobre la aflicción (Lamentaciones 3:31-36)
3:31-32. Cuando Dios lleva castigo a un individuo o nación, parece ser como si hubieran sido “rechazados.” Da la impresión como si Dios los hubiera abandonado para siempre. Sin embargo, estos versículos nos aseguran que ese sentimiento no durará para siempre. El Dios que causa aflicción también trae compasión. 3:33. Dios no lleva aflicción o castigo por antojo o maldad. Dios es justo, y nosotros merecemos el castigo que Dios trae.
3:34. “Aplastar bajo el pie a todos los prisioneros de la tierra” es algo que Dios no hará. Esta es la manera para el profeta decir que Dios no nos castiga para destruirnos. Cuando uno es un prisionero, uno pierde todos los derechos, toda dignidad y toda esperanza. “Aplastar” a una persona en tal estado sería un tanto fácil. Sin embargo, la meta de Dios no es destruir.
3:35. Dios siempre está dispuesto a escuchar el clamor de quienes están desamparados y en necesidad. A pesar de estar siendo castigados, todavía tenemos acceso al trono y la misericordia de Dios. Si Dios dejara de escucharnos, ese sería el más cruel de los castigos.
3:36. Maltratar a los prisioneros y negarles sus derechos y justicia no está en el carácter de Dios. El profeta pregunta, en esencia, Si Dios hizo eso, ¿no se daría cuenta cuán fuera de su carácter está? A pesar de que el autor pueda pensar de que está siendo maltratado y que se le han negado sus derechos humanos más básicos, él expresó esperanza en que Dios no permitiría que esto continuara.
Qué me dice la Biblia
Tenemos la tendencia a enfocar en las dificultades y no en la compasión. Tendemos a ver solamente lo malo y no lo bueno. ¿Cómo le ha sostenido el “amor de Dios” durante un tiempo de crisis o calamidad? ¿Ha ejercitado su “derecho” a ser escuchado por Dios, aún cuando usted sienta que Dios no le está escuchando?
Qué dice la Biblia a los jóvenes
Algunos jóvenes tienen la tendencia a aprovecharse de otros mientras están caídos. Muchas veces, usan el chisme y los rumores para aprovecharse de los que son débiles. Aplastar a otros a veces parece ser la norma. Si está fuera de carácter para Dios actuar como esto, debiera estar fuera de carácter para los hijos de Dios también.
Examen sobre quejarse (Lamentaciones 3:37-40)
3:37. El profeta está de acuerdo con que todo el castigo que le ha sucedido personalmente o a Judá como nación había sucedido porque se lo merecían. Dios no había sido injusto al castigarlos por su pecado.
3:38. Ambas las “buenas cosas” y las “calamidades” vienen de Dios. El contexto de este versículo es importante. El profeta se estaba refiriendo al castigo que él y la nación se merecían, no a la maldad en general. Las “calamidades” referidas aquí eran la destrucción de la tierra y la deportación a un país extranjero. Esto no era una maldad sin sentido, sino un castigo directo de parte de Dios. El mismo Dios que les había dado bendiciones y promesas también enviaba el castigo.
3:39. En vez de quejarnos acerca del castigo de Dios, debiéramos quejarnos a nosotros mismos por el castigo que conduce a la disciplina divina. ¿Qué derecho tenemos a quejarnos acerca de lo que nos merecemos? Nuestra sociedad nos estimula a culpar a alguien más cuando las cosas salen mal. Aún cuando los cristianos están siendo castigados, tendemos a culpar a otros por el castigo.
3:40. El llamado del profeta al auto examen por los israelitas nos aplica a nosotros hoy también. Dios disciplina a sus hijos para enseñarnos algo y acercarnos a Él. Si no aprendemos nada después del castigo, entonces repetiremos los mismos pecados.
Qué me dice la Biblia
Una razón por la que no consideramos a ciertos eventos como castigo es porque tendríamos que admitir que hicimos algo malo. Siempre es más fácil culpar a otra persona en vez de a nosotros mismo. ¿Ha confesado y pedido perdón por la actividad que condujo a la disciplina? ¿Qué lecciones aprendió? ¿Está más cerca de Dios hoy como resultado de la disciplina de Dios?
Qué dice la Biblia a los jóvenes
A muchos jóvenes no les gusta examinarse con el tipo de escrutinio procurado en el versículo 40. Ellos tratan de experimentar el avivamiento y la renovación sin la contemplación y la reflexión personal necesarias. Los jóvenes tienen que aprender la importancia de tomarse el tiempo para evaluar sus acciones y actitudes y observar cómo Dios disciplina a quienes no viven en santidad.

miércoles, 23 de enero de 2013

PELIGRO!!!!, ESTE ES EL MUNDO QUE ESTAMOS ENTREGANDO A LAS FUTURAS GENERACIONES, EL CAOS SEXUAL A ORILLAS DE LA DIVERSIDAD ES DIABOLICO, VEANLO, COMENTENLO, Y COMPARTANLO PARA QUE LA GENTE SE DE CUENTA PORQUE TENEMOS QUE ORAR, LA MODERNIDAD SINÓNIMO DE ANARQUIA ES LA HERENCIA DEL DIABLO A NUESTROS HIJOS, SI AMAS A TUS HIJOS DENUNCIA.

SANTO Y NO BASTA

http://www.youtube.com/watch?v=YzK3CXF39E8&feature=share

sábado, 19 de enero de 2013

QUE ES EL HOMBRE?



¿QUE ES EL HOMBRE?
Hebreos 2:1–9
Esta pregunta con su correspondiente respuesta se halla cuatro veces las cuales vamos a estudiar en esta mañana
El Materialista dice: “El hombre es producto casual, una fuerza ciega.”
La Ciencia expresa: “el hombre es animal sin plumas con dos patas” (Sócrates).
Pero Dios dice: (Génesis 1:26). Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. 
I.     CORONADO DE GLORIA Sal. 8:4-8.
Con atributos de realeza “coronado de gloria y honra”. (v. 7).
Como rey en su palacio, goza de todo, tan agradable y hermoso.
Como sacerdote, caminando libremente en presencia de Dios.
II.     SE HIZO PECADOR Job 7:17-20.
La corona del hombre rodó. En vez de seguir la palabra de Dios siguió la del Diablo.
Por eso Dios le visita en las mañanas v. 18
Su alma quedó ciega para entender la grandeza de Dios. (2 Corintios 4:4).
Espíritu cautivo de impías influencias: “muertos en delitos …” (Colosenses 2:13-14)
III.     VANIDAD Y SOMBRA QUE PASA Salmo 144:3-4
Hace seis mil años que el hombre busca a Dios por sus propios medios y no lo encuentra.
Para el hombre que procura salir de los muertos, Dios ha provisto. (v. 3).
Quiere volver a ser rey en sus fuerzas,  (Isaías 64:6)
Quiere ser sacerdote por las religiones, (2 Pedro 2:12-22)
Quiere ser profeta, todo lo pretende saber. (1 Juan 4:1)
IV.     EL HOMBRE NUEVO (vv. 6-9)
Pilato dijo: “he aquí el hombre”; es el Hijo amado, el Verbo hecho carne.
Es REY, así nació.
Es SACERDOTE, no hay otro mediador. (Hechos 4:12)v (1 Timoteo 2:5)
Es PROFETA, así fue en la tierra. Sacerdote celestial. Rey venidero.
¡Maravilla! El tan rico, yo pobre, yo, al fin, soy rico. (2 Corintios 8:9).
Un Matrimonio leyendo la Biblia primero dijeron: cuando fueron descubiertos sus pecados “Estamos equivocados”; otro día encontraron que para el pecador solo hay condenación: “Estamos perdidos”; y al fin cuando descubrieron en la palabra que Cristo murió por ellos dijeron: “Estamos salvados.”

jueves, 17 de enero de 2013

EL TIEMPO DEL FIN



EL TIEMPO DEL FIN

Se refiere a los sucesos que se desarrollarán en la tierra DESPUÉS del rapto de la iglesia. Esto abarcará un tiempo definido en la Biblia por siete años, período en el cual se levantará el Anticristo (el dictador mundial) ofreciendo una falsa paz que durará tres años y medio. En la segunda mitad de esos siete años del reinado del Anticristo, durante ese nuevo orden mundial que se establecerá en toda la tierra caerán todos los juicios establecidos por Dios.
Ap.11: 2 “cuarenta y dos meses” (tres años y medio).
Ap.11: 3 “1.260 días” (Tres años y medio, considerando el año profético de 360 días).
Ap.13: 5 “Se le dio boca que hablaba grandes cosas y blasfemias; y se le dio autoridad para actuar cuarenta y dos meses”.
Ese tiempo de la Gran Tribulación de siete años finaliza con la Guerra del Armagedón (en el valle de Meguido en Israel, (Zc.12: 11). Y en ese momento el Señor vendrá hasta la tierra (Mt.24: 27) “como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente”, entonces “todo ojo le verá” (Ap.1:7). Con gloria y gran poder, pondrá sus pies sobre el monte de los Olivos (Zc.14: 4).
Para el tiempo que el Señor venga a buscar Su iglesia, no existe ninguna señal previa que deba cumplirse. Todas las señales que mencionan las profecías bíblicas, se refieren para cuando el Señor ponga sus pies aquí en la tierra y establezca su reino por mil años con la nación de Israel.
Por tanto, si Ud. está esperando ver algo especial para acercarse al Señor, simplemente está malgastando un tiempo precioso, porque puede venir hoy, y solamente los que se han convertido de corazón irán con Él. Todos los que se queden, incluyendo a los muchos “cristianos nominales” que llenan las iglesias en el día de hoy, quedarán acá.
Seguramente que clamarán con mucha desesperación, porque comprenderán mejor que los otros inconversos, que la puerta de la salvación se les habrá cerrado. (Mt.25: 10-12) “vino el esposo; y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta. Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: ¡Señor, Señor ábrenos! Mas él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco”.
Inclusive grandes predicadores, profetas y aquellos que participaron en grandes cruzadas de milagros escucharán lo mismo: (Mt.7: 22-23) “Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí, apartaos de mí, hacedores de maldad”.
Es un tiempo muy solemne e importante que Ud. está malgastando si aún no le ha recibido en su corazón. Como decía, las señales para el tiempo del fin que menciona la Biblia, son únicamente para cuando el Señor venga hasta la tierra y ponga sus pies en el monte de los Olivos, para entrar en trato una vez más con la nación de Israel.
Muchas veces en las Sagradas Escrituras se refiere a Israel como “la higuera”. Y en relación a esto, hace uno de los anuncios más increíbles, que esa higuera (Israel), después de un destierro de casi dos mil años, después de haber experimentado el odio más brutal en manos de la Roma imperial, de las cruzadas de la Edad Media, de las hogueras de la “Santa Inquisición”, de los crematorios Nazis. Dios cumple su promesa el 14 de Mayo de 1948 y la “higuera” es plantada nuevamente en la tierra que Dios escogió para ellos.
Es bueno recordar también que la historia nos cuenta que después de los horrores de la 2ª guerra mundial, Inglaterra ofreció a los judíos territorios de sus colonias en África, específicamente en lo que hoy es Uganda, para que Israel formara allí su nación, pero ellos aún siendo literalmente “huesos secos” que venían de los campos de concentración, rechazaron esa generosa oferta, porque confiaban en las promesas de Dios.
Y la higuera fue plantada nuevamente en la tierra escogida por Dios. Fue como dice el profeta Ezequiel en el cap. 37 “un valle lleno de huesos secos. Así ha dicho Jehová el Señor a estos huesos: He aquí, yo hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis…hubo un ruido y un temblor; y los huesos se juntaron cada hueso con hueso. Y he aquí tendones sobre ellos, y la carne subió, y la piel cubrió por encima de ellos; pero no había en ellos espíritu”.
Los huesos secos ya se han juntado, tienen tendones, músculos y piel, pero aún no tienen el espíritu de Dios. Israel se ha juntado como una nación, ha sobrevivido al odio de sus vecinos árabes, tiene músculos suficientes para detener las envestidas que ha debido enfrentar en varias guerras, pero aún no tiene el espíritu que Dios les entregará cuando el Señor ponga sus pies sobre la tierra.
¿Ud. quiere ver una señal? Mire hacia la tierra prometida y observe esa higuera que el Señor ha vuelto a plantar. (Mt.24: 32) “De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca. Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas. De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca”.
“Esta generación”, la que sea testigo de estos acontecimientos que han asombrado al mundo entero. Nosotros somos la última generación. Amén, sí, ven, Señor Jesús.

domingo, 6 de enero de 2013



ORAR BAJO CIELOS ABIERTOS

En el libro de Isaías encontramos una de las oraciones de intercesión más extraordinarias de la Biblia, cuando el profeta clama a Dios con estas palabras: “¡Si rasgaras los cielos y descendieras y ante tu presencia se derritieran los montes como fuego abrasador de fundiciones, fuego que hace hervir las aguas! Así harías notorio tu nombre a tus enemigos y las naciones temblarían ante tu presencia!” (Isaías 64:1-2).
Isaías clamaba a Dios para que abriera los cielos y se revelara a sí mismo al mundo para que el mundo le viera tal y como Isaías le había visto. Sus palabras están llenas de pasión.
Dentro del corazón de cada persona que desea conocer a Dios de forma personal y encontrarse con él, hay un anhelo profundo. Este anhelo que impregna las palabras del profeta también reside en lo más profundo de nuestro ser y no hace nada más que reflejar el hecho de que el hombre fue, en su principio, creado en la imagen de Dios y con la capacidad de conocerle y experimentarlo personalmente.
El hombre que fue diseñado para vivir una relación estrecha y directa con Dios, de repente fue separado de Aquél con quien estaba destinado a caminar en perfecta armonía durante toda la eternidad. Por causa del pecado de Adán se levantó una barrera que divide los dos mundos, el natural y el sobrenatural, separando el mundo físico de la humanidad caída de las regiones espirituales llenas de la plenitud de la presencia, del poder y de las bendiciones de Dios.
Yo creo que cuando Isaías pronunció estas palabras en su oración pidiendo a Dios “si rasgaras los cielos y descendieras”, el profeta estaba recordando una experiencia que tuvo mucho antes y que encontramos en Isaías 6:1-8. En esta ocasión, Isaías había sido trasladado al cielo y había recibido el encargo y la unción para su vida y ministerio profético. Él lo cuenta con estas palabras: “El año en que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo.” (Isaías 6:1).
En los siguientes versículos, Isaías relata cómo se encontró en la presencia de Dios. Habla de seres angélicos que rodean el trono clamando “¡Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos! ¡Toda la tierra está llena de su gloria!” (Isaías 6:3). Nos habla de la manifestación visible de la gloria de Dios. Relata cómo, de repente y de forma sobrecogedora, estando en la presencia de la santidad de Dios, se dio cuenta de su pecado. Pensaba que seguramente moriría en este lugar tan santo donde de repente se encontraba. Pero fue en ese mismo lugar donde encontró gracia y su pecado fue expiado con fuego santo. Fue también en este lugar donde su vida y destino cambiaron para siempre. Nunca sería el mismo.
Prestemos atención a lo que los ángeles clamaban. No decían “los cielos están llenos de su gloria”, sino “la tierra está llena de su gloria”. Esta fue una revelación profética de un tiempo que aún estaba por venir y del que nos dice la Biblia: “Porque la tierra se llenará del conocimiento de la gloria de Jehová, como las aguas cubren el mar” (Habacuc 2:14).
Cuando Isaías pidió que Dios rasgara los cielos y descendiera a la tierra, le estaba pidiendo cumplir con la promesa profética que había recibido en una visión muchos años antes. Lo que estaba diciendo en realidad era “Dios, si la tierra debe estar llena de tu gloria, es necesario que rasgues los cielos y bajes a la tierra”. Isaías se dio cuenta de que era necesario que Dios rasgase los cielos para hacer realidad su propósito con este mundo.
Jesús dijo de sí mismo que era más que un profeta o un rabino, más que un salvador político y más que un rey. Dijo que era un puente entre la tierra y el cielo, una conexión entre Dios y el hombre, la puerta que Dios abrió en el mundo para darnos acceso directo a los lugares celestiales.
Se contesta la oración de Isaías
Muchas personas siguen orando la oración de Isaías para que Dios abra los cielos y baje a la tierra. Claman con tono deprimido como un mendigo pidiendo por unas migas de pan. Pero amigos, la buena noticia es que la oración de Isaías fue contestada hace ya 2.000 años. Dios verdaderamente rasgó los cielos y bajó a la tierra en la persona de Jesús. ¿Existe acto más dramático que el efectuado en la cruz del Calvario? Ese día la tierra se abrió, la cortina del templo fue rasgada en dos de arriba abajo, y el precioso cuerpo de Cristo quebrantado con el único fin de que el cielo pudiese invadir la tierra.
Sobre Él, los ángeles de Dios ascienden y descienden sobre nosotros. A través de Él, todos los recursos de Dios son activados y las necesidades de los hombres pueden ser saciadas. Por Él, el hombre puede ser reconciliado con Dios y la ira de Dios es apaciguada.
Dios rasgó los cielos y descendió. Derrumbó la antigua barrera que dividía el cielo y la tierra, y hoy todas las riquezas y los recursos de Dios están disponibles para todo aquél que las acepte en fe y mediante la oración.
Hebreos 10:19-22 dice: “Así que, hermanos, tenemos libertad para entrar en el lugar santísimo por la sangre de Jesucristo por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne. También tenemos un gran sacerdote sobre la casa de Dios. Acerquémonos, pues, con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia y lavados los cuerpos con agua pura.”
Dios quiere que nos acerquemos a Él en oración y con la certeza y confianza que su provisión siempre será suficiente. Hoy podemos entrar en la presencia de Dios con confianza, con una conciencia pura y un corazón lleno de fe, sabiendo que Dios ya ha destruido todo lo que nos separa de Él mediante la sangre de Cristo. Dios verdaderamente nos ha entregado las llaves del reino de los cielos.
Es a través de la oración que activamos este poder increíble. Alguien dijo alguna vez: “La oración es la inagotable oportunidad de nuestra vida”. La oración de Isaías fue contestada. Dios rasgó los cielos. Trabajemos ahora para traer el cielo a la tierra.