sábado, 27 de octubre de 2012

SIETE GRANDIOSAS BENDICIONES RELACIONADAS CON EL ESPÍRITU SANTO

Examinaremos siete grandiosas bendiciones relacionadas con el Espíritu Santo, asignándonos la grata tarea de examinar cada una como si fuera un regalo de incalculable valor, pues en verdad lo es, y mucho más, en términos espirituales.

1.       El bautismo en, o con, Espíritu Santo - Mateo 3:11
Este pronunciamiento Juan el Bautista se lo hace a todos los que se presentaban para el bautismo que él administraba, no distinguiendo entre los que serían los apóstoles de Jesucristo y los demás que se hicieran discípulos del Señor.
Jesucristo, antes de ascender y sentarse a la diestra de Dios en el cielo (Hechos 2:32-36). En el mismo día de su ascensión, mandó "a los apóstoles" que "no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre... Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días" (Hechos 1-5). Este bautismo en Espíritu Santo que recibirían los discípulos se define en Hechos 1:8 "...cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo". Este bautismo los capacitó para predicar "las maravillas de Dios" (Hechos 2:11)

2.       La "promesa" del Espíritu Santo. Hechos 2:33-39.
Dios ha dado la preciosa promesa de “dar” el Espíritu Santo a quien se lo pida, y esto debe convertirse en el anhelo de la vida del creyente, para poder empezar a vivir una vida verdaderamente victoriosa.
El derramamiento del Espíritu de Dios fue prometido para "toda carne", es decir, "toda la humanidad".
Otra característica importante de este derramamiento profetizado es que rompería todas las barreras y restricciones sociales.
"Toda carne" no tendría límites de edad ni sexo; los hijos y las hijas profetizarían. Los ancianos tendrían sueños proféticos y los jóvenes verían visiones proféticas. Es más, el Espíritu Santo sería derramado en abundancia sobre los esclavos. Esto era algo nuevo. Grandes multitudes de esclavos existían en los tiempos antiguos y no tenían derechos. Los judíos de entonces no podían creerlo. Su interpretación era "los siervos de Dios" no "esclavos". Los fariseos odiaban a la gente común de Israel, y aun más a los esclavos (Juan 7:49).
Dios es un Dios bueno. Su propósito siempre ha sido bendecir a todos (Génesis 12:3; 22:18; Juan 3:16). Así que, Joel aclaró que el derramamiento del Espíritu es para todos: judíos y gentiles, ricos y pobres, jóvenes y ancianos, educados y analfabetos, sin tener en cuenta el sexo, la raza, el color ni el origen nacional.

3.       "El don del Espíritu Santo." Hechos 2:38. - 1 Corintios 12:1-12
El verdadero mensaje que necesitamos predicar en este tiempo es un llamado a evidenciar más el ministerio del Espíritu Santo en nuestros servicios. Es un gozo y privilegio para el creyente, y una fuente de vida para la congregación, ser usado por el Espíritu Santo para el ministerio a través de los dones. Los creyentes en Corinto demostraron tanto entusiasmo que Pablo tuvo que corregirlos. Antes de criticar a los creyentes de Corinto, tal vez debamos preguntarnos si nuestra falta de entusiasmo se debe criticar también. ¡Que Dios nos dé a cada uno de nosotros un hambre por la presencia rebosante de su Espíritu Santo demostrada por sus dones!

4.       El "testimonio" del Espíritu Santo. Romanos 8:16
El Espíritu Santo vive en nosotros para revelar lo que es verdadero y lo que es falso. El habla con una voz quieta, suave, en lo profundo del corazón. Muchos de nuestros antepasados creyeron en este funcionar del Espíritu en los creyentes. Ellos predicaron mucho sobre “teniendo el testimonio”. Pero yo no escucho que esta verdad siga siendo predicada. ¡En realidad, el testimonio del Espíritu virtualmente nunca ha sido escuchado en la mayoría de las iglesias de hoy día!
Los creyentes necesitan el testimonio del Espíritu como nunca antes. ¡Y lo vamos a necesitar más y más a medida que el día del Señor se acerca! Satanás ha venido descaradamente como un ángel de luz para engañar, si fuere posible, aun a los escogidos. Sus seducciones malvadas se manifestarán: falsas doctrinas, falsos maestros, falsos evangelios.

5.       "La comunión del Espíritu Santo." 2 Corintios 13:14.
A. Nosotros no somos capaces para la lucha que tenemos que sostener contra las fuerzas malignas (Efesios 6:12,13).
B. El Espíritu Santo nos provee de un arma para el contra ataque (Efesios 6:17). [Recuerde que la espada NO es el Espíritu Santo].
C. El Espíritu Santo nos ayuda a dejar de practicar el pecado (Romanos 8:12,13).
1. El fortalece nuestro espíritu (Efesios 3:16). Note que es correcto pedir que Dios nos fortaleza en el hombre interior con poder por medio del Espíritu Santo.
2. Solamente por medio del Espíritu nos es posible vivir como queremos (Gálatas 5:16,17).
3. El requisito de la ley, una vida santa, se realiza solamente en aquellos que anda por el Espíritu (Romanos 8:4).
D. El Espíritu Santo transforma nuestras vidas a la imagen de Cristo (II Corintios 3:18).
E. El Espíritu Santo produce en nosotros la clase de vida que todo mundo quisiera tener: una vida de "amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, y templanza" (Gálatas 5:22,23).

6.       El sello del Espíritu Santo. Efesios 1:13
El Espíritu Santo es conocido como el “depósito,” el “sello,” y las “arras” en los corazones de los cristianos (2 Corintios 1:22; 5:5; Efesios 1:13-14; 4:30). El Espíritu Santo es el sello de Dios sobre Su pueblo, Su derecho sobre nosotros como Su propiedad. La palabra griega traducida como “arras” en estos pasajes es arrhabōn que significa “prenda,” esto es, parte del dinero de la compra o propiedad dada como enganche o anticipo para garantizar la seguridad de lo que resta. El don del Espíritu a los creyentes, es el pago inicial de nuestra herencia celestial, que Cristo prometió y aseguró para nosotros en la cruz. Debido a que el Espíritu nos ha sellado, estamos seguros de nuestra salvación. Nadie puede romper el sello de Dios.

7.       La "unción" del Espíritu Santo. 1 Juan 2:20-27
Cuando recibimos a Jesús como Señor de nuestras vidas (Romanos 10:9, 10), es impartida a nosotros "la unción del Santo". (1Juan 2: 20, 27, 2Corintios 1: 21,22)
Cuando fuimos sumergidos (bautizados) en el Espíritu Santo, recibimos la unción del Señor Jesús para rendir servicio santo como testigos de su resurrección. La unción es el poder de lo alto que recibimos para uso en nuestras vidas diarias. Mas importante, la unción es para ministrarle la presencia y poder de Dios a1 cautivo. ¡Somos ministros del Espíritu o la unción! (2Corintios. 3: 3-8) Es la unción que destruye ataduras, libera del cautiverio, sana los enfermos, quita las cargas, trae vida, paz (plenitud completa donde nada falta y nada queda roto), y victoria.

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