EL TIEMPO DEL FIN
Se refiere a los sucesos que se desarrollarán en la tierra DESPUÉS del rapto de la iglesia. Esto abarcará un tiempo definido en la Biblia por siete años, período en el cual se levantará el Anticristo (el dictador mundial) ofreciendo una falsa paz que durará tres años y medio. En la segunda mitad de esos siete años del reinado del Anticristo, durante ese nuevo orden mundial que se establecerá en toda la tierra caerán todos los juicios establecidos por Dios.
Ap.11: 2 “cuarenta y dos meses” (tres años y medio).
Ap.11: 3 “1.260 días” (Tres años y medio, considerando
el año profético de 360 días).
Ap.13: 5 “Se le dio boca que hablaba grandes cosas y
blasfemias; y se le dio autoridad para actuar cuarenta y dos meses”.
Ese tiempo de la Gran
Tribulación de siete años finaliza con la Guerra del Armagedón (en el valle de
Meguido en Israel, (Zc.12: 11). Y en
ese momento el Señor vendrá hasta la tierra (Mt.24: 27) “como el relámpago que sale del oriente y se muestra
hasta el occidente”, entonces “todo ojo le verá” (Ap.1:7). Con gloria y gran poder, pondrá sus pies sobre el monte
de los Olivos (Zc.14: 4).
Para el tiempo que el
Señor venga a buscar Su iglesia, no existe ninguna señal previa que deba
cumplirse. Todas las señales que mencionan las profecías bíblicas, se refieren
para cuando el Señor ponga sus pies aquí en la tierra y establezca su reino por
mil años con la nación de Israel.
Por tanto, si Ud.
está esperando ver algo especial para acercarse al Señor, simplemente está
malgastando un tiempo precioso, porque puede venir hoy, y solamente los que se
han convertido de corazón irán con Él. Todos los que se queden, incluyendo a
los muchos “cristianos nominales” que llenan las iglesias en el día de hoy,
quedarán acá.
Seguramente que
clamarán con mucha desesperación, porque comprenderán mejor que los otros
inconversos, que la puerta de la salvación se les habrá cerrado. (Mt.25: 10-12) “vino el esposo; y las
que estaban preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta. Después
vinieron también las otras vírgenes, diciendo: ¡Señor, Señor ábrenos! Mas él,
respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco”.
Inclusive grandes
predicadores, profetas y aquellos que participaron en grandes cruzadas de
milagros escucharán lo mismo: (Mt.7:
22-23) “Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu
nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos
milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí, apartaos de mí, hacedores
de maldad”.
Es un tiempo muy
solemne e importante que Ud. está malgastando si aún no le ha recibido en su
corazón. Como decía, las señales para el tiempo del fin que menciona la Biblia,
son únicamente para cuando el Señor venga hasta la tierra y ponga sus pies en
el monte de los Olivos, para entrar en trato una vez más con la nación de
Israel.
Muchas veces en las
Sagradas Escrituras se refiere a Israel como “la higuera”. Y en relación a
esto, hace uno de los anuncios más increíbles, que esa higuera (Israel),
después de un destierro de casi dos mil años, después de haber experimentado el
odio más brutal en manos de la Roma imperial, de las cruzadas de la Edad Media,
de las hogueras de la “Santa Inquisición”, de los crematorios Nazis. Dios
cumple su promesa el 14 de Mayo de 1948 y la “higuera” es plantada nuevamente
en la tierra que Dios escogió para ellos.
Es bueno recordar
también que la historia nos cuenta que después de los horrores de la 2ª guerra
mundial, Inglaterra ofreció a los judíos territorios de sus colonias en África,
específicamente en lo que hoy es Uganda, para que Israel formara allí su
nación, pero ellos aún siendo literalmente “huesos secos” que venían de los
campos de concentración, rechazaron esa generosa oferta, porque confiaban en las
promesas de Dios.
Y la higuera fue
plantada nuevamente en la tierra escogida por Dios. Fue como dice el profeta
Ezequiel en el cap. 37 “un valle lleno de huesos secos. Así ha dicho Jehová el
Señor a estos huesos: He aquí, yo hago entrar espíritu en vosotros, y
viviréis…hubo un ruido y un temblor; y los huesos se juntaron cada hueso con
hueso. Y he aquí tendones sobre ellos, y la carne subió, y la piel cubrió por
encima de ellos; pero no había en ellos espíritu”.
Los huesos secos ya
se han juntado, tienen tendones, músculos y piel, pero aún no tienen el
espíritu de Dios. Israel se ha juntado como una nación, ha sobrevivido al odio
de sus vecinos árabes, tiene músculos suficientes para detener las envestidas
que ha debido enfrentar en varias guerras, pero aún no tiene el espíritu que
Dios les entregará cuando el Señor ponga sus pies sobre la tierra.
¿Ud. quiere ver una
señal? Mire hacia la tierra prometida y observe esa higuera que el Señor ha
vuelto a plantar. (Mt.24: 32) “De la
higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna, y brotan las
hojas, sabéis que el verano está cerca. Así también vosotros, cuando veáis
todas estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas. De cierto os digo,
que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca”.
“Esta generación”, la
que sea testigo de estos acontecimientos que han asombrado al mundo entero.
Nosotros somos la última generación. Amén, sí, ven, Señor Jesús.
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